Antes de analizar un poema, hagamos una reseña de lo que es en cuanto a
su estructura
1. El número de versos que
forman una estrofa (es un conjunto de versos que se repiten periódicamente
según cierta medida)
2. La armonía que el verso
le imprime a la estrofa
3. El número de estrofas que
contiene el poema.
4. La métrica.
5. La rima.
Clasificación
de los poemas:
Los versos se clasifican según su
medida. Los versos de entre dos y ocho sílabas se llaman de ARTE MENOR y los de
nueve en adelante de ARTE MAYOR.
2 sílabas: bisílabos
3 sílabas: trisílabos
4 sílabas: tetrasílabos
5 sílabas: pentasílabos
6 sílabas: hexasílabos
7 sílabas: heptasílabos
8 sílabas: octosílabos
Verso de arte mayor:
9 sílabas: eneasílabos
10 sílabas: decasílabos
11 sílabas: endecasílabos
12 sílabas: dodecasílabos
13 sílabas: tridecasílabos
14 sílabas: alejandrinos
No es suficiente con cuidar la
medida y la rima de los versos. Para que
una poesía sea totalmente bella, sus versos han de tener eso que se llama armonía acentual. Cada verso tiene una melodía interior que
está en relación con el tipo de acentuación de las palabras. El acento de las sílabas podemos compararlo
con las notas musicales: Sílabas tónicas = notas agudas. Sílabas no tónicas = notas musicales menos
agudas o bajas.
3.
El número de estrofas
Estas se clasifican en:
-
Monoestróficos: Los formados por una sola
estrofa.
-
Poliestróficos: Los que contienen más de
una estrofa.
Monoestroficos:
Una sola estrofa puede considerarse un poema si encierra un pensamiento
completo y a estos se le conoce como monoestroficos.
a)
Poemas poliestróficos
sueltos: Son los que contienen estrofas definidas,
independientes, pero simétricamente unitarias y, en su conjunto, expresando el
pensamiento completo. Como por ejemplo el soneto.
b)
Poemas poliestróficos
encadenados: Son los que contienen estrofas definidas,
independientes, pero ensambladas no sólo por la unidad temática sino también
por un verso o conjunto de versos que se repiten al final de cada estrofa y
sirven de enlace durante todo el poema, formando una unidad armónica de
pensamiento y forma. Como por ejemplo poemas con estribillo.
c)
Poemas poliestróficos
paralelísticos: Son los que contienen estrofas unidas por un enlace
que aparece desde el principio del poema en una semi estrofa cuyo último verso
tiene autonomía conceptual, este último verso se repite al final de cada
estrofa y unifica los diversos pasajes que forman el poema. Como por ejemplo la
canción sefardí.
d)
Poemas poliestróficos
engarzados: Son los que repiten, al final de las sucesivas
estrofas, los versos de la primera. Así en la segunda estrofa, al final, repite
el primer verso de la primera estrofa; en la tercera estrofa, al final, el
segundo verso de la primera estrofa, etc. Otra forma de versos engarzados es
repitiendo en todas las estrofas cada una de las palabras finales de los versos
de la primera estrofa. Como por ejemplo la glosa, la sextina.
4.
La metrica
La métrica se ocupa
de la formación rítmica de un poema. Cuando se trata de prosa, se trata de
prosa rítmica. El estudio métrico comprende tres partes fundamentales: el
verso, la estrofa y el poema. La métrica también es la cantidad de sílabas en
las que se divide un verso.
b). Soneto: es una combinación
de dos estrofas. Consta de dos cuartetos y dos tercetos. El tipo clásico tiene
los versos endecasílabos, los dos cuartetos con las mismas rimas y los tercetos
con rimas alternas.
c). Romance: composición de
origen anónimo popular, genuinamente hispánica, que consta de un número
indeterminado de versos octosílabos, quedando los impares libres y concertando
con un mismo asonante los pares. Solían tratar temas narrativos procedentes de
los cantares de gestas pero también sentimientos de índole lírica. Los romances
populares antiguos y modernos admiten la mezcla de asonancia y consonancia.
Ahora que ya tenemos una mejor idea de lo que es un poema vallamos a analizar
uno del poeta Rubén Darío.
(Metapa, 1867 - León, 1916) Seudónimo del gran poeta nicaragüense
Félix Rubén García Sarmiento, iniciador y máximo representante del Modernismo
hispanoamericano. Su familia era conocida por el apellido de un abuelo,
"la familia de los Darío", y el joven poeta, en busca de eufonía,
adoptó la fórmula "Rubén Darío" como nombre literario de batalla.
Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén
Darío en medio de turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos
parientes y dibujando con palabras en su fuero interno sueños exóticos,
memorables heroísmos y tempestades sublimes. Pero ya en su época toda esa
parafernalia de prestigiosos tópicos románticos comenzaba a desgastarse y se
ofrecía a la imaginación de los poetas como las armas inútiles que se conservan
en una panoplia de terciopelo ajado. Rubén Darío estaba llamado a revolucionar
rítmicamente el verso castellano, pero también a poblar el mundo literario de
nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de inevitables celajes, de canguros y
tigres de bengala conviviendo en el mismo paisaje imposible.
Casi por azar nació Rubén en una pequeña ciudad nicaragüense
llamada Metapa, pero al mes de su alumbramiento pasó a residir a León, donde su
madre, Rosa Sarmiento, y su padre, Manuel García, habían fundado un matrimonio
teóricamente de conveniencias pero próspero sólo en disgustos. Para hacer más
llevadera la mutua incomprensión, el incansable Manuel se entregaba
inmoderadamente a las farras y ahogaba sus penas en los lupanares, mientras la
pobre Rosa huía de vez en cuando de su cónyuge para refugiarse en casa de
alguno de sus parientes. No tardaría ésta en dar a luz una segunda hija,
Cándida Rosa, que se malogró enseguida, ni en enamorarse de un tal Juan Benito
Soriano, con el que se fue a vivir arrastrando a su primogénito a "una
casa primitiva, pobre y sin ladrillos, en pleno campo", situada en la
localidad hondureña de San Marcos de Colón.
No obstante, el pequeño Rubén volvió pronto a León y pasó a
residir con los tíos de su madre, Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel
Félix Ramírez, los cuales habían perdido recientemente una niña y lo acogieron
como sus verdaderos padres. Muy de tarde en tarde vio Rubén a Rosa Sarmiento, a
quien desconocía, y poco más o menos a Manuel, por quien siempre sintió
desapego, hasta el punto de que el incipiente poeta firmaba sus primeros
trabajos escolares como Félix Rubén Ramírez.
Durante su primeros años estudió con los jesuitas, a los que
dedicó algún poema cargado de invectivas, aludiendo a sus "sotanas
carcomidas" y motejándolos de "endriagos"; pero en esa etapa de
juventud no sólo cultivó la ironía: tan temprana como su poesía influida por
Bécquer y por Victor Hugo fue su vocación de eterno enamorado. Según propia
confesión en la Autobiografía, una maestra de las primeras letras le
impuso un severo castigo cuando lo sorprendió "en compañía de una precoz
chicuela, iniciando indoctos e imposibles Dafnis y Cloe, y según el verso de
Góngora, las bellaquerías detrás de la puerta".
Antes de cumplir quince años, cuando los designios de su corazón
se orientaron irresistiblemente hacia la esbelta muchacha de ojos verdes
llamada Rosario Emelina Murillo, en el catálogo de sus pasiones había anotado a
una "lejana prima, rubia, bastante bella", tal vez Isabel Swan, y a
la trapecista Hortensia Buislay. Ninguna de ellas, sin embargo, le procuraría
tantos quebraderos de cabeza como Rosario; y como manifestara enseguida a la
musa de su mediocre novela sentimental Emelina sus deseos de contraer
inmediato matrimonio, sus amigos y parientes conspiraron para que abandonara la
ciudad y terminara de crecer sin incurrir en irreflexivas precipitaciones.
La obra de Rubén Darío
Su poesía, tan bella como culta, musical y sonora, influyó en
centenares de escritores de ambos lados del océano Atlántico. Darío fue uno de
los grandes renovadores del lenguaje poético en las Letras hispánicas. Los
elementos básicos de su poética los podemos encontrar en los prólogos a Prosas
profanas, Cantos de vida y esperanza y El canto errante.
Entre ellos es fundamental la búsqueda de la belleza que Rubén encuentra oculta
en la realidad. Para Rubén, el poeta tiene la misión de hacer accesible al
resto de los hombres el lado inefable de la realidad. Para descubrir este lado
inefable, el poeta cuenta con la metáfora y el símbolo como herramientas
principales. Directamente relacionado con esto está el rechazo de la estética
realista y su escapismo a escenarios fantásticos, alejados espacial y temporalmente
de su realidad.
Enteramente inquieto e insatisfecho, codicioso de placer y de
vida, angustiado ante el dolor y la idea de la muerte, Darío pasa
frecuentemente del derroche a la estrechez, del optimismo frenético al
pesimismo desesperado, entre drogas, mujeres y alcohol, como si buscara en la
vida la misma sensación de originalidad que en la poesía o como si tratara de
aturdirse en su gloria para no examinar el fondo admonitor de su conciencia.
Este "pagano por amor a la vida y cristiano por temor de la muerte"
es un gran lírico ingenuo que adivina su trascendencia y quiere romper el cerco
tradicional de España y América: y lo más importante es que lo consigue. Es
necesario romper la monótona solemnidad literaria de España con los ecos del
ímpetu romántico de Victor Hugo, con las galas de los parnasianos, con el
"esprit" de Verlaine; los artículos de Los raros (1896), de
temas preponderantemente franceses, nos hablan con claridad de esta
trayectoria.
Tarea:
Nocturno
a Mariano de Cavia
Los que auscultasteis el corazón de la noche,
los que por el insomnio tenaz habéis oído
el cerrar de una puerta, el resonar de un coche
lejano, un eco vago, un ligero ruido...
En los instantes del silencio misterioso,
cuando surgen de su prisión los olvidados,
en la hora de los muertos, en la hora del reposo,
¡sabréis leer estos versos de amargor impregnados!...
Como en un vaso vierto en ellos mis dolores
de lejanos recuerdos y desgracias funestas,
y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores,
y el duelo de mi corazón, triste de fiestas.
Y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido,
y la pérdida del reino que estaba para mí,
el pensar que un instante pude no haber nacido,
¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!
Todo esto viene en medio del silencio profundo
en que la noche envuelve la terrena ilusión,
y siento como un eco del corazón del mundo
que penetra y conmueve mi propio corazón.
Tarea:
Lean este poema y analice su contenido de acuerdo a la clasificación que se explicó anteriormente.
a Mariano de Cavia
Los que auscultasteis el corazón de la noche,
los que por el insomnio tenaz habéis oído
el cerrar de una puerta, el resonar de un coche
lejano, un eco vago, un ligero ruido...
En los instantes del silencio misterioso,
cuando surgen de su prisión los olvidados,
en la hora de los muertos, en la hora del reposo,
¡sabréis leer estos versos de amargor impregnados!...
Como en un vaso vierto en ellos mis dolores
de lejanos recuerdos y desgracias funestas,
y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores,
y el duelo de mi corazón, triste de fiestas.
Y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido,
y la pérdida del reino que estaba para mí,
el pensar que un instante pude no haber nacido,
¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!
Todo esto viene en medio del silencio profundo
en que la noche envuelve la terrena ilusión,
y siento como un eco del corazón del mundo
que penetra y conmueve mi propio corazón.